Alerta

"Sostenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales, que a todos les ha dado el Creador ciertos derechos que son inalienables, entre los que están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad." Preámbulo, Declaración de Independencia Americana, 4 de julio de 1776.

A pesar que la Declaración de Independencia proclama que todos somos iguales, los puertorriqueños no gozamos plenamente de todos los derechos, beneficios, obligaciones y responsabilidades que conlleva el ser ciudadanos de Estados Unidos, la Nación más democrática, libre y progresista del mundo.

A los ciudadanos americanos aquí en Puerto Rico, se nos niega el derecho más fundamental: poder votar por nuestros representantes y senadores en el Congreso y por el Presidente que envía a nuestros hijos e hijas a los campos de guerra. 

El 4 de julio de 1969, Don Luis A. Ferré manifestó que “el sueño de la libertad individual y colectiva expresado por los hombres de 1776 en Filadelfia, ha sido subsiguientemente ampliado y redefinido según lo han dictado las necesidades de cada época.  Porque no ha sido su letra, sino su espíritu, el que ha guiado en su evolución democrática al pueblo americano, en busca del perfeccionamiento de la libertad.” 

Como ciudadanos americanos que somos, buscamos también ese perfeccionamiento de la libertad, y lo encontraremos en la verdadera IGUALDAD Y DEMOCRACIA.

Hoy conmemoramos la Declaración de Independencia, consolados en la idea de que aun cuando no contemos con la protección total que brinda ser ciudadanos de Estados Unidos, muy pronto la conseguiremos.

Porque somos parte de la gran Nación Americana y caminamos junto a nuestros conciudadanos en la marcha histórica hacia el disfrute pleno de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad,

¡FELIZ 4 DE JULIO!